sábado, 19 de marzo de 2011

Cuidado del cuerpo


Estamos interesados no sólo en el cultivo de la mente y en el despertar de la sensibilidad emocional, sino también en un cabal desarrollo físico, y a esto debemos dedicar una atención considerable. Porque si el cuerpo no es sano, vital, distorsionará inevitablemente el pensamiento y contribuirá a la insensibilidad. Esto es tan obvio que no necesitamos examinarlo en detalle. Es necesario que el cuerpo goce de una excelente salud, que se le proporcione la clase apropiada de alimentación y duerma lo suficiente.
Si los sentidos no están alerta, el cuerpo impedirá el desarrollo total del ser humano. Para tener gracia en los movimientos y un control bien equilibrado de los músculos, tienen que haber diversas formas de ejercicios, danzas y juegos. Un cuerpo que no se conserva limpio, que es descuidado y no se mantiene en una postura correcta, no conduce a la sensibilidad de la mente y de las emociones. El cuerpo es el instrumento de la mente; pero el cuerpo, las emociones y la mente componen el ser humano total. A menos que estos tres aspectos vivan armoniosamente, el conflicto es inevitable.
El conflicto contribuye a la inestabilidad. La mente puede dominar el cuerpo y reprimir los sentidos, pero debido a eso torna el cuerpo insensible; y un cuerpo insensible se convierte en un obstáculo para el vuelo pleno de la mente. La mortificación del cuerpo no conduce en absoluto a la búsqueda de niveles más profundos de conciencia; y esto sólo es posible cuando la mente, las emociones y el cuerpo no se contradicen entre sí sino que están integrados, operan al unísono sin esfuerzo alguno, sin ser dirigidos por ninguna creencia, por ningún concepto o ideal.

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